Un Llamado de Ayuda
Cristina Latorre, directora de Fundación Raíz CAEMBA, lanzó en redes un llamado de auxilio: “Queridos amigos, mi corazón está roto y necesito su ayuda para la familia Casierra-Terrero.”
El pasado 6 de agosto, la vivienda de Paul Casierra y Gina Terrero se consumió en un devastador incendio. Mientras Gina lavaba ropa en la casa de su madre y Paul trabajaba, el fuego destruyó su hogar de caña y tabla. La familia, con seis hijos pequeños, quedó sin nada. Cristina pidió ayuda para recaudar $4700 y construirles una nueva casa CAEMBA.
Un Milagro de Solidaridad
La respuesta fue abrumadora. Al día siguiente, Cristina anunció: “Gracias a su apoyo, logramos recaudar fondos y asegurar una nueva vivienda para la familia.”
En solo una semana, la solidaridad de la comunidad permitió no solo la construcción de la casa, sino también el equipamiento del hogar con muebles, electrodomésticos y herramientas para los emprendimientos de la familia.
El Poder de la unión
La historia de la familia Casierra-Terrero es un testimonio conmovedor del poder transformador de la solidaridad. En momentos de crisis, la generosidad y el compromiso de la comunidad pueden generar cambios profundos y duraderos. La rápida respuesta de amigos, familiares y colaboradores no sólo reconstruyó un hogar, sino que también revitalizó la esperanza y la dignidad de esta familia.
Este acto de unión demuestra que, cuando nos movilizamos juntos, somos capaces de enfrentar grandes desafíos y ofrecer un futuro lleno de posibilidades a quienes más lo necesitan. La comunidad ha mostrado que el verdadero valor de la solidaridad radica en la capacidad de transformar vidas y crear un impacto positivo duradero.
Gracias a todos quienes se unieron a esta causa, su apoyo no solo ha reconstruido una casa, sino que ha iluminado el camino hacia un nuevo comienzo para la familia Casierra-Terrero. Este es un recordatorio poderoso de que, a través del amor y la colaboración, podemos superar cualquier adversidad y construir un mundo más compasivo y solidario.